El Águila Azul
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Hablando de Ernesto...

Un pequeño corazón que late. Una condena. Un círculo y una espada.
Todos tenemos algo, un espanto, un corredor largo, una batalla. Y corremos llevando semillas que se escurren entre los dedos, regando el corredor hasta hacerse vacías las manos.
Seguimos adelante, andamos, desandamos, pero siempre al frente, oscuro o gris. Nunca tan iluminado como en nuestros sueños.
Esa es la fuerza, donde creamos, donde forjamos, donde reinamos. Donde somos dueños. Donde renacemos.
Miríadas de gentes y de voces y manos donde al final no hay nada. Sólo uno escapando y llegando al encuentro todo el tiempo.
Como el largo túnel de Ernesto.
Deslizamos la mano por las paredes del corredor mientras andamos para estar seguros de que está allí, de que no corremos hacia una nada.
El corredor, como en un sueño, de pronto es un laberinto borgiano, y corredor de nuevo, y laberinto. Con el extraño presentimiento de nunca haber elegido el camino en ninguna bifurcación. Con la creciente sospecha de que el laberinto desarmado no es más que el corredor de siempre, con una trampa de osos detrás de una esquina, con un belcebú con rouge detrás de la otra y así...
Así vamos espantando fantasmas con nuestra espada de humo, de lado a lado, en una mano, y el libro sagrado en la otra.
Maravilloso, insondable y trágico camino, donde no sabemos si somos: la espada, el libro, los fantasmas... O el propio camino.

Sergio W

Siete balazos, ¡siete!, para el vaquero

Hace tiempo me preparo
para este duelo
De este lado está el vaquero
esperando siete tiros
y del otro está el mecano
costurero.

Siete balazos serán
siete balazos
como un siete de diamantes
en la tripa

Ni los oiré zumbar
siete balazos
pero siete entrarán
en mi barriga

Y allí mismo tumbado
y desangrando
sin conciencia
y resignado
Quizá escuche las voces de los blancos
a mi costado

Más de tres horas,
casi por muerto dado,
todo enterito luego
y ya cerrado
espero un despertar pronto,
iluminado,
menos vaquero, más vivito y más coleando

Que hacemos más espamento y espanto
¡Más elegía!
los machos que las mujeres
cuando nos vamos
de cirugía.

Sergio W

¿Y ahora qué?

Qué lindo cuando el mundo
estaba recién pintado...
Pero ahora, las tormentas
ya no resultan tan breves
Y los duelos ya se atreven
Y ya duelen, demasiado...
Habrá que empuñar la brocha
y pintar de nuevo todo
Y estrenar de nuevo el alma
y habrá que sonar las palmas
y recortar crucigramas
atropellar las semanas
borrar mucho con el codo
Sobornar a las floristas
en la estación de las dudas
recursar tu lencería
redoctorarme beodo
perfumarme cada día
y hacer olas por incordio.
Enseñarle a los sentidos
volver a sentir sin miedo
amagar que no me quedo
cuando sólo me despido
Y si mejor no te escribo
cuando no estoy
será porque estoy más vivo
cuando me voy
Y ahora...
cuando de nuevo ya nada
sea urgente
cuando todo sea presente
cuando todo me lo das
Y ahora...
cuando ya todos los cuentos
parecen el cuento
de siempre acabar
Será cuestión de besarnos
ni muy despacio
ni de pensión
Habrá que aprender los bailes
ni de palacios
ni de salón
para que nunca el espacio
falte en la cama
corazón.

Sergio W

Efímero amor

Adolorida ya por tu pasado
huiste a mí silente y escaldada
de sueños, y encontrarte enamorada
de mí, tus verdes ojos han rogado
Cobijo me has pedido y esperanza
para tu alma, que estaba ansiosa y triste
lo sé porque tú fuiste que dijiste
que el pasado doliente no te alcanza
Y en mi pecho dormiste temblorosa
abrazaste mi cuerpo con ternura
y empecé yo a quererte con locura
como quieren los tallos a sus rosas
Y esa noche al amor nos entregamos
furiosos hasta entrar la madrugada
tu piel junto a mi piel quedó sellada
eterno fue el amor que nos juramos
Más que eterno fue efímero ese amor
tú tanto me quisiste poseer
que amor se conjugaba con dolor
y dolor se conjuga con perder
Al final yo no sé si me quisiste
pero sé que te quise en realidad
por querer poseerme me perdiste
¡Que otro nombre de Amor es Libertad!

Sergio W

Ojos

Los ojos son el órgano sexual más movilizante y activo.
Puedes hacer el amor con los ojos en un instante, puedes atravesar un cuerpo, directo al alma.
Puedes enamorar perdidamente, tus ojos pueden disparar directo a otros ojos y dejar tu esencia marcada para siempre.
Es hermoso, pero también puede ser peligroso portar ojos. Hay ojos que miran con maldad, con envidia, que corrompen, que lastiman, que envenenan. Hay ojos que perforan cuando miran. Hay ojos que hablan cuando callan.
Y hay ojos que no miran y traicionan.
Casi todos traemos ojos, pero OJOS es distinto...
Los ojos de niño, por ejemplo, son como ríos cristalinos que buscan cauces nuevos todo el tiempo y que refrescan a su paso.
Los ojos del amor navegan siempre adentro de un universo en otros ojos sin importarles (o quizá sin conocer) su casi ineludible destino fatal.
Los ojos son ventanas que una vez se abren y otra se cerrarán. Que nos nacen y nos mueren. Y en el medio, vivimos.
Todos los ojos lloran. Algunos, los que tienen unos vidriecitos impermeables teñidos de orgullo, esos lloran para adentro. La gente de esos ojos camina como chapoteando y pateando humedad que les sale por los pies a cada paso. Se acostumbran a vivir con esa humedad por no ser capaces o corajudos para llorar.
No se confundan: los ciegos también miran. Para mirar no es necesario ver. El mirar construye un mundo. Los ciegos lo construyen para adentro, miran dentro de ellos y dentro de nosotros.
Una vez un ciego me dijo alborozado: "¡Mira ese cielo! ¡Amo la libertad que me da el cielo!".
"Tú no puedes verlo", le dije, "¿cómo podrías?, yo sí lo veo".
"Sólo estás viendo, apenas, lo que está ahí", me dijo. "Cuando yo miro, todo puede ser".
Siempre supe que las almas se escabullen por los ojos. Al nacer y al morir es obvio, pero hubo veces que al hacer el amor nuestras almas bailaban saltando entre nuestras pupilas. De una a la otra. Como locas. Como una.
Hay un momento cuando la vida entera pasa ante nuestros ojos.
Y es ahora.

Sergio W

El recuerdo

El recuerdo verdadero siempre es triste, si parece alegre no es recuerdo o pronto será olvido. Rememorar momentos felices es una forma de sadomasoquismo autoinflingido por la irreversibilidad del látigo del tiempo.
¡Momentos felices eran los futuros de antes!
¡Qué feliz era cuando creía ser feliz!
En estos tiempos es mucho más osado y difícil ser feliz en el filo del presente fugaz, pero ¡tan necesario!
Del futuro no voy a hablar.
Para qué si nunca llega...

Sergio W

Meteorología de un día entre los dos

(a Stella) 
Alguien dijo que hoy es un día gris. Me acerco a la ventana de tus ojos: Están locos. En fin, cada uno en su locura, yo en la mía. A propósito, ¿regaste tu sonrisa en la mañana? Seguro que a la tarde está fresquito, me llevo la chaqueta de tu piel abotonada. ¡Salió el Sol de tu sonrisa al mediodía y los colores de tu cara! Hago un alto en un puestito en la parada. Necesito alimentarme, un sanguchito, un pensamiento de vos, y ¡ala! Ha empezado a llover a media tarde, ya no me llores, que estoy de a pie y ando sin paraguas. Ya te extraño. Por suerte ya regreso. Hay aire fresco de tu aliento que me alienta a apresurarme. ¡Al fin los dos en casa! Qué apacible el calor de tu fuego, y luego... qué bonita la tormenta que en el lecho se desata...

Sergio W

Conexión de sal


Hay una piedra de sal 
que desde el fondo de un río 
quiere secar cada gota 
y convertirla en rocío 

Para otra piedra de sal 
que en el lecho de otro río 
se pregunta si al final, 
si a la postre la han querido

Pero esos amores rotos
los que la vida ha vencido
podrán haber sido truncos
mas no teñirá el ovido

La sal fuera la riqueza
del tesoro que han tenido
queda impregnada la sal
mas se dividen los ríos

Llora piedra de alegría
por aquel amor perdido
llora que él también te llora
con llanto del que ha querido

Sergio W

Deshojando dudas


Qué fugaces se me hacen los tequiero
que tus labios ligeros pronunciaban
hasta el gélido instante en que anunciaban
que el orgullo al final salió primero

Y hoy que vuelvo a mi oficio de viajero
por huellas que mis pies antes pisaban
les pregunto a tus labios que "me amaban"
si alguna vez tu amor me fue sincero

Lo único que importa es lo vivido
los sueños que viviendo hemos soñado
los ardores de piel que hemos sentido

Que si es por pensar en el pasado
más que sufrir por lo que se ha perdido
he de gozar lo mucho que te he amado.

Sergio W

El niño que te salva

La Primavera puede ser una flor, un arcoiris, la tibieza, la alegría, las minifaldas, el mes de abril, los picnics, los botones de blusas desprendidos, los piropos, las miradas, los besos, las tanguitas de serpientes, los sofocos, la impaciencia, la efervecencia, la (in)decencia, los polvitos (¿los primeros?), las poesías como cántaros, los solcitos que calientan, las pieles que se calientan y calientan, los lances, los lanceros, los avances, las coartadas, las mariposas, ellas, en la panza, los tequieros, los no, las margaritas, las hojas, los deshojes, los reojos, los dibujos, las cartitas, la saliva, los telos, las sonrisas, las palabras.
Pero, sobre todo, la Primavera es el niño dentro tuyo que cada año te salva.


Sergio W

20 de Septiembre



Entre tantas noticias espantosas
tanta falacia ungida en verdadera
no dañan ya en la víspera las cosas,
que hiriendo aún las espinas de las rosas
¡Mañana se decreta: Primavera!


Sergio W

Como un explorador

Me niego, me persigo, me encuentro. Del valor surge un mundo entre llamas.
Reinvento, lloro, pataleo, abrazo y siento.
Lloro los templos construidos por mis yoes viejos, refulgentes un día y minados,
promesas de un futuro equivocado que no me deja salir pero me deja continuar.
¿Dónde está el monolito encerado, perfecto y noble que asomaba de la tierra?
Ese que un día pareció torcer la órbita de la luna.
Incrustada sobre mi pecho cada marioneta viste ropas extrañas. Las aprieto con un amor que las destruye en el intento de que no se vuelvan polvo.
Y me pliego cansado al destino fatuo y vencedor, humillante rostro torturador de egos, y navego en sus aguas del olvido arrancándole las nostalgias que son mías.
Con la esperanza de conservar la esperanza de que no haya sido.
Con resabio de dolor de pasado y con espumas de rabia feroz en la boca del futuro.
Consumiendo mis últimas cenizas en el fuego eternamente terco y repetido que no se cansa de volver a matarme.
Nutriéndome de angustias e impotencias prolijamente guardadas en el casillero del corazón donde nunca cesan las lluvias saladas, para explotar nuevamente en mil bigbanes, crear mi nuevo mundo con el germen del pasado que no fue para que engendre el que será.
Y lo desafío, como un gladiador insolente y nuevo.
Y lo recorro, como un explorador.


Sergio W

Pasiones de Fénix


a Cristina Beatriz


Se esparce la arena del tiempo en sus yemas purgando el presente,
Se tiñen de añiles sus venas del alma creyéndole ausente,
Amarra el pasado en los sueños gastados
el pájaro herido, callado y dolido
que anida en el sol de su pecho.
La loba que urdía al acecho un ataque de luna
sueña echada en el mar de su cama batallas vencidas
corazas heridas, corazones abiertos con dagas de lunas de plata
Añora vientos en el alma que izaban un día sus velas,
flechazos y flechas certeras que hincaba Cupido
en el mar de sus venas.
Sus cinco luceros ardientes hoy trazan su cielo
regando con lluvias de llanto de madre
los campos de dicha y consuelo.
Tesoro brillante, orgullo en la frente,
frente en los labios de madre que ama y que siente.
Y en medio de tanto pasado añorado,
de tanto retoño presente:
De pronto emerge de su vientre
pertinaz remolino de sueños y amores y fuegos ardientes
despierta la loba que un día acechaba un ataque de luna
Encrespa el albor de las olas del mar del amor,
de la piel erizada de verlo,
de las calas mojadas que esperan sedientas
el barco que atraque en su muelle
Y el barco que atraca,
y su centro que estalla y se muere
que estalla y se muere.
Volcán de deseos que son lava ardiente,
pasión que renace del tiempo
cenizas que extintas creyera
mas eran...
pasiones de Fénix.


Sergio W

Carta para que usted sepa

Le escribo esta misiva, señorita, para el caso remoto y por si acaso no han notado su ojos en mis ojos un destello al mirar sus dos ojazos. Si me dirijo por escrito, usted entienda. No es que peque de quedado ni silente, es que congela mi lengua su sonrisa y me atraviesan mariposas por el vientre.
Si usted no sabe, señorita, yo le cuento, que mientras usted me mira se me fuga, el alma cabalgando con el viento y la boca se me queda medio muda. Ni hablar cuando me habla con ternura su boca que me sabe a chocolate que aunque quiera probarla no he probado pero me tiene loco de remate.
En el supuesto caso que usted sienta un cosquilleo extraño como el mío, le recomiendo con prisa y con premura me de señales con tacto y con buen tino. No es cuestión que ambos andemos por la vida con cosquilleos mutuos ignorados, si el destino la quiere en mi camino, es mejor que pronto lo sepamos.
Pero tengo el deber de prevenirla, tengo labios asesinos esperando, tengo besos de esos que le quitan el aliento, tengo abrazos para no andar olvidando.
En fin, yo quisiera que usted sepa lo mucho que la estoy necesitando, que si tuviera esta carta entre sus manos, supiera usted que ya la estoy amando.

Firmado, un suyo caballero

Posdata: usted ordena cuándo

Sergio W

Amores que nacen en Julio

Cómo contarle a esta lluvia de Julio
que por más que intente
su parca tristeza empapada
no puede aumentar la tristeza
que llevo guardada

Cómo decir sin palabras erradas
que lo enloden todo
que laten junto a sus latidos,
aunque ella prefiera estar lejos,
los latidos míos.

Cómo lograr que su orgullo dolido
ya no se lastime
que llore su llanto en mi pecho
que deje de estar al acecho
que nade en mi río

Palabras de lluvias de Julio
que vuelan al viento
queriendo ser aves que besen su alma
dejando una flor y un lamento

Palabras que nacen en Julio
palabras gastadas
queriendo ser suave caricia
que roce sus frías mejillas
desencantadas

Amores que nacen en Julio
dejando morir entre nuestras pupilas
una lágrima

Sergio W

Monólogo de amor disonante, en mí sostenido

- ¿Adónde va mujer con paso tan ligero y con ese aire de usted-aquí-no-existe?
Déjeme decirle que está desairando al futuro amor de su vida.
¿Soberbio? Claro que no. No es que lo diga yo, me lo dicen sus ojos que me miran con un brillo sorprendido.
Me lo ha dicho también una gitana esta misma mañana. Y yo le creo rajatabla a las gitanas que me dicen lo que quiero oír.
¿Atrevido? Pues, sí. Me atrevo a todo. ¿Y usted?
Espere, no se vaya. Es cierto, no me conoce. Yo sí la conozco.
No, no es porque pasa todas las mañanas por aquí. De hecho acabo de llegar de lejos. Nunca he estado en este pueblo.
Usted es como esas cosas que uno ha conocido siempre sin recordar haberlas visto.
Por ejemplo, conservo un recuerdo de la mueca de su sonrisa que nunca he visto,
Exacto, ¡ésa!
No, lo sé. Le he dicho ya que la conozco, no me pregunte más. No sabría responderle.
Al fin me ha sonreído. No se sonroje, no es necesario. Aunque adoro sus mejillas de crepúsculo de fuego.
Esas mismas, ¿lo vé?
Me alegra caerle bien. Le confieso que en un momento dado casi he llegado a dudar de que usted había sido creada para mí.
Fue sólo un instante, cuando pareció turbada al verme.
Sí, lo sé. Es debido a la emoción. Intenté inhibirla pero no pude. Mi pupila intentó luchar frente a ella pero se rindió y la dejó caer rodando, húmeda sobre mi rostro. Déjela allí. Esa lágrima me gusta porque rinde culto y es souvenir de nuestro amor.
También usted me ama pero aún no lo sabe.
No tema, no busco la mujer perfecta pero demando la mujer perfecta para mí.
Y usted encaja en esa categoría, como las gotas de rocío llegan al alba justo en el instante en que un poeta llora.
O quizá a la inversa, qué importa.
Lo único que entiendo son los sueños que se cumplen en verano. Y el chirrío de los grillos en la tarde. Y la luna gorda o flaca colgando de la noche. Y el río. Y el viento. Y usted. Esas cosas...
Cuando supe de usted fui feliz.
No sé cuándo, creo que siempre lo supe. Siempre fui feliz de antemano por saber que usted existía.
No importa el tiempo. ¿Eso qué importa? Si el amor es eterno.
Eterno como la vida de una mariposa que no conoce la palabra fin. Instantáneo y eterno como su vida o la mía.
¿Un sueño? No podría serlo, pues usted es tan real como mi vida. Si usted lo es, también yo lo soy.
¿Cuál es la diferencia?
¿Con qué vara se mide la felicidad? ¿Una vara real o una imaginaria? Pues ambas miden.
Hágame usted un favor: Si me despierto, convénzame de que seguimos soñando.

Sergio W

Versos a mi rorro verso

Vástago de la vagina de la noche
y mi locura
nació un verso deshilachado
un tanto cojo
Nadie daba un duro por su facha
de mala rima
pero a pesar de ellos y de todo
yo le quería
En un día rayado echó dos alas
a los costados
¡qué orgulloso de mi verso
que me sentía!
Viérame usted señor con mis ojitos
en aquel día
que se largó a volar orondo
por todo el cielo
Ensayaba tirabuzones azules
el caradura
yo que no sé mentir
fingí mi enojo
por temor que los dueños
de versos verdes
se mofaran del sencillo vuelo
de un verso rojo
El colmo fue cuando el crío en
acto de arrojo
salió indemne sin magullones,
de puro guapo,
cuando ensayó su vuelo rasante
de ripio flojo
¡Ay de mis nervios de larva!
¡Hechos guiñapos!
casi me descalabro
como un despojo
Después de tantos años
de compañía
me he acostumbrado mucho
a su porfía
¡Guay! si no lo tuviera...
¡qué desconsuelo!
que hoy lo llevo en el alma a
mi verso cielo


Sergio W

Soneto desesperanzado

Hablando de hombre a hombre con el viento
no por loco, más bien por desquiciado
que ella ya no está más a mi lado,
le he contado este sórdido lamento

Y le he pedido hacerme un juramento
que por ver mi semblante derrotado
de inmediato el céfiro ha aceptado
por menguar un ardite mi tormento:

Que le lleve los besos que le ofrezco
que me traiga un suspiro y mi ilusión
que termine el suplicio que padezco...

Volvió el viento soplando decepción
mas le dije: tranquilo, te agradezco
que me partas de un golpe el corazón

Sergio W

El ladrillo de mi universo

Descolgada de la noche de los tiempos
tras mi nuca se escapa una luz blanca
que me trajo al borde de este abismo
transmutando en mi conciencia un pensamiento
¿Qué es este mundo que llamamos mundo?
¿qué son las cosas, qué es el aire, qué es la vida?
Puedo entender perfectamente el misterio de una rosa
puedo sangrar por dentro de amor
por tus pupilas que no quieren ser mías.
Puedo descifrar la música, saborear la poesía...
pero no me pidas que explique
el porqué de las cosas.
Un instante girando sobre un eje
es el pasado, el futuro, es el presente
La realidad se emborrona, se deforma
no puede contenerse en su esqueleto
si miras con ojos indiscretos
verás que nada es lo que parece
La única realidad es lo que sientes
lo que siento, lo que percibes en un instante eterno
desgranado en tic-tacs de besos y caricias
que es el único reloj que marca el tiempo
Lo demás son fantasías de los niños
que juegan a la bolsa de valores,
de los tontos que juegan al poder,
de los ciegos que tienen ojos y no ven
el mundo que está ante sus narices.
Uno por costumbre llega a creer que el mundo es lo que vemos.
He pensado que todo eso está allí sólo para distraernos
de lo que en serio existe:
De un cielo teñido de rojo en el ocaso
hablando con silencios, tomados de la mano
anudados en las almas...
De una lágrima que brota de emoción,
de un Bécquer diciendo "poesía eres tú",
de un Neruda que escribe los versos más tristes,
de la luna enamorada de la noche,
de la noche primera en que regué tu flor con mi rocío
del secreto profundo del color azul...
Uno llega a creer que la felicidad es un lugar,
que despegar en un avión es volar
que soñar es dormir
que la seguridad es una pensión.
Uno termina muchas veces creyéndose esas cosas...


Descolgada de la noche de los tiempos
viaja una luz blanca que busca el infinito
Se abre el cielo en los pétalos de una flor
Las estrellas se desvanecen en la nada
se cierra el universo entre los muslos de la noche
De unos ojos amanece la mañana.


Puedo entender perfectamente la existencia de tus labios
puedo percibir la necesidad de los tequieros
puedo saber que existo cada vez que te beso
puedo palpar, soñar, sentir cada verso
pero no me pidan que viva en una irrealidad
donde la poesía no sea el ladrillo de mi universo


Sergio W

Deseos para después del temblor...

(Dedicado con cariño a Raquel S. B.)
Chile, la noche que la tierra te tragaba
dejó huellas de tronar en los oídos
abrió la tierra firme que pisabas
quebró la paz con jadeantes estallidos

Como un gigante aplastando tus puentes
derribando las moles de cemento
replicando cada replica en los dientes
jugando al terremoto más violento

El día que María llegó a vivir a Chile sabía que deberia esforzarse mucho para salir adelante
pero nunca pensó que hoy estaría recordando su casa derrumbada hecha un montón de escombros, las carreteras cortadas como con una tijera, los muertos contados por cientos, la tristeza y el dolor pintados en cada rostro chileno.
La miseria tocando a las puertas del corazón humano, la bajeza de robar a sus hermanos, la vergüenza, el miedo, la represión...

Nunca pensó María que estaría hoy allí sentada en su sillón de su casa de Valparaíso, mirando por la ventana a los niños jugar como si toda esa tragedia ya no existiera, los autos circular por las carreteras, la vida transcurrir tan excelsa y plácida.

Y mirando por la ventana pensaba que todo aquello parecía un mal sueño, que el terremoto era un triste recuerdo del pasado.

Sin embargo, comprendió que el terremoto perduraba aún dentro suyo, en la forma de gritos, de grietas, de silencios penetrantes y de nuevos temblores, de sangre, de muertos, de rabia.
El bramido de las placas no cesaba en cada latir suyo, las lámparas encima de su cabeza aún parecían temblequear.
Esa sensación de estar en guerra con la tierra era terrible.

Asomándose a la ventana y viendo que la paz reinaba hoy en su Chile, se dijo que si la tierra ya había firmado la paz con los chilenos ella también cumpliría su parte del pacto y dejaría escapar todos esos fantasmas de la muerte que aún vivían en su interior.
Y sintió paz por primera vez en mucho tiempo, porque Chile SE HABÍA LEVANTADO...

Canta Chile con voces de montaña
una canción que lleve el estandarte del olvido
que se tiña de futuro lo vivido
que sigan a tus noches tus mañanas
Hoy vislumbré un Chile de coraje
que en un santiamén se levantaba.

Sergio W
 

A Vuelo de Águila

La consciencia es un espasmo del caos.