El Águila Azul
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Mi última muerte...

¡Dicen que dicen
que mi última muerte
-bendigo mi suerte-
le traerá otra vida
a mi siguiente muerte!

Sergio W

Para mi Rubén

Para tu consuelo
poeta del llanto,
la melancolía
y la soledad,
te traigo noticias
que no son quebrantos
son más fresca brisa,
son pura verdad.

Que no te haces viejo
sólo más añejo
en el calendario
como el buen coñac

Recoges historias
de amor y lamentos
que llevará el viento
de puro soñar

Benditas las penas
que nos dan poetas
y poemas nuevos
cada despertar

La vejez no cuadra
con las musas bellas
que embriagan el alma
para su beldad

Madrileño Poeta
yo de joven quiero
a tus veinticuatro
rezar tu verdad

Sergio W

De arrogantes y descorteses

Esa audaz profesión de faena fácil
de diletante crítico creído
no es la del hombre sano bien nacido
más bien la de hablador muy poco hábil

Con frases sin valor ni aporte alguno
pretenden desdeñar trabajo ajeno
que suyo no se sabe nada bueno
que su don siempre es ser inoportuno

Y más que dar una opinión de peso
generalizan sin razón ni modos,
lo digo sin temor ninguno a yerro

Debieran permitirse un buen receso
hoy sobran sin valor sabelotodos
que vela ni le han dado en este entierro

Sergio W

Votre vie

Cuando tenía aproximadamente seis años de edad yo estaba convencido de que todos los objetos provenían de los papeles.
Estaba seguro de que para que las cosas existieran debían primero ser dibujadas en un papel, quedando atrapadas en su interior.
Por eso pasaba bastante tiempo tratando con unas tijeras de cortar las páginas de revistas y folletines pero no de un modo convencional. Tenía que cortarlas por el canto de la hoja. Sí, hacía todo lo posible por colocar las tijeras en el borde del papel tratando de cortar la hoja para producir dos hojas más finas, con la esperanza de liberar los objetos impresos en su interior.
Si bien esto me resultaba imposible, estaba seguro de que todo era culpa de mi impericia y de unas tijeras inadecuadas. Intenté también con esas hojitas de afeitar muy filosas de ambos lados. Logré cortar algo en varias oportunidades… sí, corté la epidermis de mis dedos a diversas profundidades.
Aún hoy llevo visible la cicatriz del peor de esos cortes en la parte izquierda de la tercera falange de mi dedo índice derecho.
Acabo de medirla y corroboro que hoy tiene casi dos centímetros de longitud, y recuerdo que cuando me hice ese corte hinqué esa hoja filosa a una profundidad de casi un tercio del grosor de mi dedo. Debo haber tocado el hueso.

¡Se cumplió mi sueño! ¡El título!...


Incluyo aquí este relato sobre la graduación de la carrera de Abogacía de mi querida amiga la Abuela Mati (Beatriz Martos). Se puede leer el resto de sus relatos en http://beatrizmartos.blogspot.com/


"A ver. Me estaba acercando a tener que rendir la última materia. Atrás quedaban los años de compartir una época de "estudiante". Yo con mis 74 años..."estudiante"?, junto a mujeres y hombres jóvenes que también buscaban, terminar la carrera de abogacía?. Algunos, años más grandes que éstos, completaban el grupo de alumnos que me hicieron sentir "uno de ellos", formando una inolvidable camaradería.
Y llegó el día. Tenía que estar a las OCHO (8) de la mañana. Mi amiga Berta y Gabriela mi hija, quisieron acompañarme.

Cuando Pienso en Vos...

Cuando pienso en vos...
no tengo sitio en mi cerebro para otro pensamiento
mis sinapsis transmiten alocados impulsos con tu esencia
la razón no me razona, sólo piensa
en tu amor aventurero junto al mío.
Se nublan mis ojos, los refriego,
para sólo encontrar tu dulce imagen
que me deja absorto, borracho, casi ciego,
tus ojos a los míos lanzan fuegos
dominados solamente por sus cielos

Cuando pienso en vos...
en mi estómago se me infla un globo adentro
pierdo el apetito, muevo nervioso mis rodillas
ejercito sin querer mis pantorrillas
mis manos no se encuentran con sus dedos
mi corazón se hace chiquito y se agiganta
como si fuera a saltar y salir por mi garganta
y llegar raudo hasta tu pecho
empujado por la razón y la emoción
como queriendo penetrar tu corazón.

Cuando pienso en vos...
vivo en la altura, te observo con mi whisky de la Luna,
escucho en mis auriculares sólo temas
compuestos con tu nombre repetido
que por el aire sin aire, plácido pulula.
Me lanzo con mis brazos abiertos como alas.
No planeo: floto por el cielo y me envidian las aves.
A Cronos lo detengo,
¡ Ni se anima
a moverse cuando yo tengo tus llaves !

Pienso en vos y yo, al fin y al cabo
con pasión, ternura, amor.
Mas de un modo moderado
:
Que tan sólo te pienso a cada hora...
(y a tu piel... y a tu cabello delicado...)
¡ Más los sesenta minutos entrehora !

Sergio W
 

A Vuelo de Águila

La consciencia es un espasmo del caos.